lunes, 29 de junio de 2020

41. EN EL TRATO CON LOS DEMÁS. (EGW/MC).


TODA ASOCIACION en la vida requiere el ejercicio del dominio propio, la tolerancia y la simpatía. Diferimos tanto en disposición, hábitos y educación, que nuestra manera de ver las cosas varía mucho. Juzgamos de modos distintos. Nuestra comprensión de la verdad, nuestras ideas acerca del comportamiento en la vida, no son idénticas en todo respecto. No hay dos personas cuyas experiencias sean iguales en todo detalle. Las pruebas de uno no son las de otro. Los deberes que a uno le parecen fáciles, son para otro en extremo difíciles y le dejan perplejo.

TAN FRAGIL, tan ignorante, tan propensa a equivocarse es la naturaleza humana, que cada cual debe ser prudente al valorar a su prójimo. Poco sabemos de la influencia de nuestros actos en la experiencia de los demás. Lo que hacemos o decimos puede parecernos de poca monta, cuando, si pudiéramos abrir los ojos, veríamos que de ello dependen importantísimos resultados para el bien o el mal.


MIRAMIENTO POR QUIENES LLEVAN CARGAS 
MUCHOS son los que han llevado tan pocas cargas, y cuyo corazón ha experimentado tan poca angustia verdadera, y ha sentido tan poca congoja por el prójimo, que no pueden comprender lo que es llevar cargas. No son más capaces de apreciar las de quien las lleva que lo es el niño de comprender el cuidado y el duro trabajo de su recargado padre. El niño extraña los temores y las perplejidades de su padre. Le parecen 385 inútiles. Pero cuando su experiencia aumente con los años y le toque llevar su propia carga, entonces echará una mirada retrospectiva sobre la vida de su padre; y comprenderá lo que anteriormente le parecía tan incomprensible. La amarga experiencia le dará conocimiento.

NO SE COMPRENDE la pesada labor de muchos ni se aprecian debidamente sus trabajos hasta después de su muerte. Cuando otros asumen las cargas que el extinto dejó, y tropiezan con las dificultades que él arrostró, entonces comprenden hasta qué punto fueron probados su valor y su fe. Muchas veces, ya no ven entonces las faltas que tanto se apresuraban a censurar. La experiencia les enseña a tener simpatía. Dios permite que los hombres ocupen puestos de responsabilidad. Cuando se equivocan, tiene poder para corregirlos o para deponerlos. Cuidémonos de no juzgar, porque es obra que pertenece a Dios.

LA CONDUCTA de David para con Saúl encierra una lección. Por mandato de Dios Saúl fue ungido rey de Israel. Por causa de su desobediencia, el Señor declaró que el reino le sería quitado; y no obstante, ¡cuán cariñosa, cortés y prudente fue la conducta de David para con él! Al procurar quitarle la vida a David, Saúl se trasladó al desierto, y, sin saberlo, penetró en la misma cueva en que David y sus guerreros estaban escondidos. "Entonces los de David le dijeron: He aquí el día de que te ha dicho Jehová: . . Entrego tu enemigo en tus manos, y harás con él como te pareciera.... Y dijo a los suyos: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová." (1 Samuel 24:5,7).

EL SALVADOR NOS DICE: "No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados; y con la medida con que medís, os volverán a medir." (Mateo 7:1,2).

ACORDAOS de que pronto el curso de vuestra vida será revisado ante Dios. Recordad también que él dijo: "Eres 386 inexcusable, oh hombre, cualquiera que juzgas, porque lo mismo haces, tú que juzgas." (Romanos 2:1).
No nos conviene dejarnos llevar del enojo con motivo de algún agravio real o supuesto que se nos haya hecho. El enemigo a quien más hemos de temer es el yo. Ninguna forma de vicio es tan funesta para el carácter como la pasión humana no refrenada por el Espíritu Santo. 

NINGUNA victoria que podamos ganar es tan preciosa como la victoria sobre nosotros mismos.


PACIENCIA EN LAS PRUEBAS 
NO DEBEMOS permitir que nuestros sentimientos sean quisquillosos. Hemos de vivir, no para proteger nuestros sentimientos o nuestra reputación, sino para salvar almas. Conforme nos interesemos en la salvación de las almas, dejaremos de notar las leves diferencias que suelen surgir en nuestro trato con los demás. Piensen o hagan ellos lo que quieran con respecto a nosotros, nada debe turbar nuestra unión con Cristo, nuestra comunión con el Espíritu Santo. "¿Qué gloria es, si pecando vosotros sois abofeteados, y lo sufrís? más si haciendo bien sois afligidos, y lo sufrís, esto ciertamente es agradable delante de Dios." (1 Pedro 2:20.)

 NO OS DESQUITEIS. En cuanto os sea posible, quitad toda causa de falsa aprensión. Evitad la apariencia del mal. Haced cuanto podáis, sin sacrificar los principios cristianos, para conciliaros con los demás. "Si trajeres tu presente al altar, y allí te acordares de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu presente delante del altar, y vete, vuelve primero en amistad con tu hermano, y entonces ven y ofrece tu presente." (Mateo 5:23,24).

SI OS DICEN PALABRAS VIOLENTAS, no repliquéis jamás con el mismo espíritu. Recordad que "la blanda respuesta quita la ira" (Proverbios 15:1). Y hay un poder maravilloso en el silencio. A veces las palabras que se le dicen al que está enfadado no sirven sino para exasperarlo. Pero pronto se 387 desvanece el enojo contestado con el silencio, con espíritu cariñoso y paciente.

BAJO la granizada de palabras punzantes de acre censura, mantened vuestro espíritu firme en la Palabra de Dios. Atesoren vuestro espíritu y vuestro corazón las promesas de Dios. Si se os trata mal o si se os censura sin motivo, en vez de replicar con enojo, repetíos las preciosas promesas: "No seas vencido de lo malo; mas vence con el bien el mal."(Romanos 12:21.)

"ENCOMIENDA a Jehová tu camino, y espera en él; y él hará. Y exhibirá tu justicia como la luz, y tus derechos como el mediodía." (Salmo 37:5, 6.) "Nada hay encubierto, que no haya de ser descubierto; ni oculto, que no haya de ser sabido."(Lucas 12:2.) "Hombres hiciste subir sobre nuestra cabeza; entramos en fuego y en aguas, y sacástenos a hartura." (Salmo 66:12.)

PROPENDEMOS a buscar simpatía y aliento en nuestro prójimo, en vez de mirar a Jesús. En su misericordia y fidelidad, Dios permite muchas veces que aquellos en quienes ponemos nuestra confianza nos chasqueen, para que aprendamos cuán vano es confiar en el hombre y hacer de la carne nuestro brazo. Confiemos completa, humilde y abnegadamente en Dios. 

EL CONOCE las tristezas que sentimos en las profundidades de nuestro ser y que no podemos expresar. Cuando todo parezca obscuro e inexplicable, recordemos las palabras de Cristo: 
"Lo que yo hago, tú no entiendes ahora; mas lo entenderás después." (Juan 13:7).

ESTUDIAD la historia de José y de Daniel. El Señor no impidió las intrigas de los hombres que procuraban hacerles daño; pero hizo redundar todos aquellos ardides en beneficio de sus siervos que en medio de la prueba y del conflicto conservaron su fe y lealtad.

MIENTRAS permanezcamos en el mundo, tendremos que arrostrar influencias adversas. Habrá provocaciones que 388 probarán nuestro temple, y si las arrostramos con buen espíritu desarrollaremos las virtudes cristianas. 

SI CRISTO vive en nosotros, seremos sufridos, bondadosos y prudentes, 
alegres en medio de los enojos e irritaciones. 
Día tras día y año tras año iremos venciéndonos, hasta llegar al noble heroísmo. 
Esta es la tarea que se nos ha señalado; pero no se puede llevar a cabo sin la ayuda de Jesús, sin ánimo resuelto, sin propósito firme, sin continua vigilancia y oración. 
Cada cual tiene su propia lucha. 

NI SIQUIERA DIOS puede ennoblecer nuestro carácter ni hacer útiles nuestras vidas a menos que lleguemos a ser sus colaboradores.  

LOS QUE HUYEN DEL COMBATE pierden la fuerza y el gozo de la victoriaNo necesitamos llevar cuenta de las pruebas, dificultades, pesares y tristezas, porque están consignados en los libros, y no los olvidará el Cielo. Mientras rememoramos las cosas desagradables, se escapan de la memoria muchas que son agradables, tales como la bondad misericordioso con que Dios nos rodea a cada momento, y el amor que admira a los ángeles, el que le impulsó a dar a su Hijo para que muriese por nosotros. 
Si al trabajar para Cristo creéis haber experimentado mayores pruebas y cuidados que las que afligieron a otros, recordad que gozaréis de una paz desconocida de quienes rehuyeron esas cargas. Hay consuelo y gozo en el servicio de Cristo. Demostrad al mundo que la vida de Cristo no es fracaso.

Si no os sentís de buen ánimo y alegres, no habléis de ello. No arrojéis sombra sobre la vida de los demás. Una religión fría y desolada no atrae nunca almas a Cristo. Las aparta de él para empujarlas a las redes que Satanás tendió ante los pies de los descarriados.  

En vez de pensar en vuestros desalientos, pensad en el poder a que podéis aspirar en el nombre de Cristo. Aférrese vuestra imaginación a las cosas invisibles. Dirigid vuestros pensamientos hacia las manifestaciones evidentes del gran amor de Dios por vosotros. La fe 389 puede sobrellevar la prueba, resistir a la tentación y mantenerse firme ante los desengaños. Jesús vive y es nuestro abogado. 
Todo lo que su mediación nos asegura es nuestro.

¿No creéis que Cristo aprecia a los que viven enteramente para él? ¿No pensáis que visita a los que, como el amado Juan en el destierro, se encuentran por su causa en situaciones difíciles?  

DIOS no consentirá en que sea dejado solo uno de sus fieles obreros, para que luche con gran desventaja y sea vencido. El guarda como preciosa joya a todo aquel cuya vida está escondida con Cristo en él. De cada uno de ellos dice: "Ponerte he como anillo de sellar: porque yo te escogí." 
(Hageo 2:23).

HABLAD por tanto de las promesas; hablad de la buena voluntad de Jesús para bendecir. 
No nos olvida ni un solo instante. Cuando, a pesar de circunstancias desagradables, sigamos confiados en su amor y unidos íntimamente con él, el sentimiento de su presencia nos inspirará un gozo profundo y tranquilo. 

Acerca de sí mismo Cristo dijo: "Nada hago de mí mismo; mas como el Padre me enseñó, esto hablo. Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre; porque yo, lo que a él agrada, hago siempre." (Juan 8:28,29.)

LA PRESENCIA DEL PADRE Rodeaba a Cristo, y nada le sucedía que Dios en su infinito amor no permitiera para bendición del mundo. Esto era fuente de consuelo para Cristo, y lo es también para nosotros. El que está lleno del espíritu de Cristo vive en Cristo. Lo que le suceda viene del Salvador, que le rodea con su presencia. Nada podrá tocarle sin permiso del Señor. Todos nuestros padecimientos y tristezas, todas nuestras tentaciones y pruebas, todas nuestras pesadumbres y congojas, todas nuestras privaciones y persecuciones, todo, en una palabra, contribuye a nuestro bien. Todos los acontecimientos y circunstancias obran con Dios para nuestro bien. 390

SI COMPRENDEMOS la longanimidad de Dios para con nosotros, nunca juzgaremos ni acusaremos a nadie. Cuando Cristo vivía en la tierra, ¡cuán sorprendidos hubieran quedado quienes con él vivían, si, después de haberle conocido, le hubieran oído decir una palabra de acusación, de censura o de impaciencia! No olvidemos nunca que los que le aman deben imitar su carácter. "Amándoos los unos a los otros con caridad fraternal; previniéndoos con honra los unos a los otros." "No volviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino antes por el contrario, bendiciendo; sabiendo que vosotros sois llamados para que poseáis bendición en herencia." 
(Romanos 12:10; 1 Pedro 3:9).

EL SEÑOR Jesús nos pide que reconozcamos los derechos de cada ser humano.
 Hemos de considerar los derechos sociales de los hombres y sus derechos como cristianos. 
A todos debemos tratar con cortesía y delicadeza, como hijos e hijas de Dios.

El cristianismo hará de todo hombre un cumplido caballero. Cristo fue cortés aun con sus perseguidores; y sus discípulos verdaderos manifestarán el mismo espíritu. Mirad a Pablo cuando compareció ante los magistrados. Su discurso ante Agripa es dechado de verdadera cortesía y de persuasiva elocuencia. 

El Evangelio no fomenta la cortesía formalista, tan corriente en el mundo, sino la cortesía que brota de la verdadera bondad del corazón.

EL CULTIVO más esmerado del decoro externo no basta para acabar con el enojo, el juicio implacable y la palabra inconveniente. El verdadero refinamiento no traslucirá mientras se siga considerando al yo como objeto supremo. EL AMOR debe residir en el corazón. 

UN CRISTIANO CABAL funda sus motivos de acción en el amor profundo que tiene por el Maestro. De las raíces de su amor a Cristo brota un interés abnegado por sus hermanos. El amor comunica al que lo posee gracia, 391 decoro y gentileza en el modo de portarse. Ilumina el rostro y modula la voz; refina y eleva al ser entero.

LA VIDA no consiste principalmente en grandes sacrificios ni en maravillosas hazañas, sino en cosas menudas, que parecen insignificantes y sin embargo suelen ser causa de mucho bien o mucho mal en nuestras vidas.  

POR NUESTRO FRACASO en soportar las pruebas que nos sobrevengan en las cosas menudas, es como se contraen hábitos que deforman el carácter, y cuando sobrevienen las grandes pruebas nos encuentran desapercibidos. Sólo obrando de acuerdo con los buenos principios en las pruebas de la vida diaria, podremos adquirir poder para permanecer firmes y fieles en situaciones más peligrosas y difíciles.
NUNCA ESTAMOS SOLOS. Sea que le escojamos o no, tenemos siempre a Uno por compañero. Recordemos que doquiera estemos, hagamos lo que hagamos, Dios está siempre presente. Nada de lo que se diga, se haga o se piense puede escapar a su atención. Para cada palabra o acción tenemos un testigo, el Santo Dios, que aborrece el pecado. Recordémoslo siempre antes de hablar o de realizar un acto cualquiera. Como cristianos, somos miembros de la familia real, hijos del Rey celestial. No digáis una palabra ni hagáis cosa alguna que afrente "el buen nombre que fue invocado sobre vosotros." (Santiago 2:7.)

ESTUDIAD ATENTAMENTE el carácter divino-humano, y preguntaos siempre: "¿Qué haría Jesús si estuviera en mi lugar?" Tal debiera ser la norma de vuestro deber. No frecuentéis innecesariamente la sociedad de quienes debilitarían por sus artificios vuestro propósito de hacer el bien, o mancharían vuestra conciencia. No hagáis entre extraños, en la calle o en casa, lo que tenga la menor apariencia de mal. Haced algo cada día para mejorar, embellecer y ennoblecer la vida que Cristo compró con su sangre.

OBRAD SIEMPRE movidos por buenos principios, y nunca por 392 impulso. Moderad la impetuosidad natural de vuestro ser con mansedumbre y dulzura. No deis lugar a la liviandad ni a la frivolidad. No broten chistes vulgares de vuestros labios. Ni siquiera deis rienda suelta a vuestros pensamientos. Deben ser contenidos y sometidos a la obediencia de Cristo. Consagradlos siempre a cosas santas. De este modo, mediante la gracia de Cristo, serán puros y sinceros.

DEBEMOS SENTIR siempre el poder ennoblecedor de los pensamientos puros. La única seguridad para el alma consiste en pensar bien, pues acerca del hombre se nos dice: "Cuál es su pensamiento en su alma, tal es él." (Proverbios 23:7.) El poder del dominio propio se acrecienta con el ejercicio.  Lo que al principio parece difícil, se vuelve fácil con la práctica, hasta que los buenos pensamientos y acciones llegan a ser habituales.  Si queremos, podemos apartarnos de todo lo vulgar y degradante y elevarnos hasta un alto nivel, donde gozaremos del respeto de los hombres y del amor de DIOS.


HABLEMOS BIEN DE LOS DEMAS
PRACTICAD el hábito de hablar bien de los demás. Pensad en las buenas cualidades de aquellos a quienes tratáis, y fijaos lo menos posible en sus faltas y errores. 

Cuando sintáis la tentación de lamentar lo que alguien haya dicho o hecho, alabad algo de su vida y carácter. Cultivad El Agradecimiento. 

Alabad a Dios por su amor admirable de haber dado a Cristo para que muriera por nosotros. 
Nada sacamos con pensar en nuestros agravios. 

DIOS nos invita a meditar en su misericordia y amor incomparables, 
para que seamos movidos a alabarle.

LOS QUE TRABAJAN fervorosamente no tienen tiempo para fijarse en las faltas ajenas.
 No podemos vivir de las cáscaras de las faltas o errores de los demás.  

HABLAR MAL es una maldición doble, que recae más pesadamente sobre el que habla que sobre el que oye. El que esparce las semillas de la disensión 393 y la discordia cosecha en su propia alma los frutos mortíferos. El mero hecho de buscar algo malo en otros desarrolla el mal en los que lo buscan.
 AL ESPACIARNOS en los defectos de los demás nos transformamos a la imagen de ellos. Por el contrario, mirando a Jesús, hablando de su amor y de la perfección de su carácter, nos transformamos a su imagen. 
MEDIANTE la contemplación del elevado ideal que él puso ante nosotros, nos elevaremos a una atmósfera pura y santa, hasta la presencia de Dios. Cuando permanecemos en ella brota de nosotros una luz que irradia sobre cuantos se relacionan con nosotros.

EN VEZ de criticar y condenar a los demás, decid: 
"Tengo que consumar mi propia salvación. 
Si coopero con el que quiere salvar mi alma, 
Debo vigilarme a mí mismo con diligencia. 
Debo eliminar de mi vida todo mal. 
Debo vencer todo defecto. 
Debo ser una nueva criatura en Cristo. 
Entonces, en vez de debilitar a los que luchan contra el mal, 
Podré fortalecerles con palabras de aliento." 
Somos por demás indiferentes unos con otros. 
Demasiadas veces olvidamos que nuestros compañeros 
de trabajo necesitan fuerza y estímulo. 
No dejemos de reiterarles el interés y la simpatía que por ellos sentimos. 
Ayudémosles con nuestras oraciones y dejémosles saber que así obramos.

NO TODOS No todos los que dicen trabajar por Cristo son discípulos verdaderos. Entre los que llevan su nombre y se llaman sus obreros, hay quienes no le representan por su carácter. No se rigen por los principios de su Maestro. A menudo ocasionan perplejidad y desaliento a sus compañeros de trabajo, jóvenes aún en experiencia cristiana; pero no hay por qué dejarse extraviar.  Cristo nos dio un ejemplo perfecto. Nos manda que le sigamos.

Hasta la consumación de los siglos habrá cizaña entre el trigo. Cuando los siervos del padre de familia, en su celo por la honra de él, le pidieron permiso para arrancar la cizaña, 394 él les dijo: "No; porque cogiendo la cizaña, no arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega." (Mateo 13:29,30).

En Su Misericordia Y Longanimidad, Dios tiene paciencia con el impío, y aun con el de falso corazón. Entre los apóstoles escogidos por el Cristo, estaba Judas el traidor. ¿Deberá ser causa de sorpresa o de desaliento el que haya hoy hipócritas entre los obreros de Cristo? Si Aquel que lee en los corazones pudo soportar al que, como él sabía, iba a entregarle, ¡con cuánta paciencia deberemos nosotros también soportar a los que yerran!


SEAMOS COMO JESUS
Y NO TODOS, ni aun entre los que parecen ser los que más yerran, son como Judas. 
El impetuoso Pedro, tan violento y seguro de sí mismo, aparentaba a menudo ser inferior a Judas. 
El Salvador le reprendió más veces que al traidor. Pero ¡qué vida de servicio y sacrificio fue la suya! ¡Cómo atestigua el poder de la gracia de Dios! Hasta donde podamos, debemos ser para los demás lo que fue Jesús para sus discípulos mientras andaba y discurría con ellos en la tierra.

CONSIDERAOS MISIONEROS, ante todo entre vuestros compañeros de trabajo. Cuesta a menudo mucho tiempo y trabajo ganar un alma para Cristo. Y cuando un alma deja el pecado para aceptar la justicia, hay gozo entre los ángeles. ¿Pensáis que a los diligentes espíritus que velan por estas almas les agrada la indiferencia con que las tratan quienes aseveran ser cristianos? Si Jesús nos tratara como nosotros nos tratamos muchas veces unos a otros, ¿Quién de nosotros podría salvarse? 

RECORDAD que no podéis leer en los corazones. 
No conocéis los motivos que inspiran los actos que os parecen malos. 

Son muchos los que no recibieron buena educación; sus caracteres están deformados; son toscos y duros y parecen del todo tortuosos. Pero la gracia de Cristo puede 395 transformarlos. 
No los desechéis ni los arrastréis al desaliento ni a la desesperación, diciéndoles: "Me habéis engañado y ya no procuraré ayudaros." Unas cuantas Palabras, dichas con la viveza inspirada por la provocación, y que consideramos merecidas, pueden romper los lazos de influencia que debieran unir su corazón con el nuestro. 

LA VIDA COSECUENTE, la sufrida prudencia, el ánimo impasible bajo la provocación, son siempre los argumentos más decisivos y los más solemnes llamamientos. Si habéis tenido oportunidades y ventajas que otros no tuvieron, tenedlo bien en cuenta, y sed siempre maestros sabios, esmerados y benévolos.

Para Que El Sello deje en la cera una impresión clara y destacada, no lo aplicáis precipitadamente y con violencia, sino que con mucho cuidado lo ponéis sobre la cera blanda, y pausadamente y con firmeza lo oprimís hasta que la cera se endurece. Así también tratad con las almas humanas. 
El secreto del éxito que tiene la influencia cristiana consiste en que ella es ejercida de continuo, y ello depende de la firmeza con que manifestéis el carácter de Cristo. Ayudad a los que han errado, hablándoles de lo que habéis experimentado. Mostradles cómo, cuándo cometisteis vosotros también faltas graves, la paciencia, la bondad y la ayuda de vuestros compañeros de trabajo os infundieron aliento y esperanza. 

Hasta el día del juicio no conoceréis la influencia de un trato bondadoso y respetuoso para con el débil, el irrazonable y el indigno. Cuando tropezamos con la ingratitud y la traición de los cometidos sagrados, nos sentimos impulsados a manifestar desprecio e indignación. Esto es lo que espera el culpable, y se prepara para ello. Pero la prudencia bondadosa le sorprende, y suele despertar sus mejores impulsos y el deseo de llevar una vida más noble. "Hermanos, si alguno fuere tomado en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restaurad al tal con el espíritu de 396 mansedumbre; considerándote a ti mismo, porque tú no seas también tentado. Sobrellevad los unos las cargas de los otros; y cumplid así la ley de Cristo." (Gálatas 6:1,2).

TODOS los que profesan ser hijos de Dios deben recordar que, como misioneros, tendrán que tratar con toda clase de personas: refinadas y toscas, humildes y soberbias, religiosas y escépticas, educadas e ignorantes, ricas y pobres. No es posible tratar a todas estas mentalidades del mismo modo; y no obstante, todas necesitan bondad y simpatía. Mediante el trato mutuo, nuestro intelecto debe recibir pulimento y refinamiento. Dependemos unos de otros, unidos como estamos por los vínculos de la fraternidad humana.
"Habiéndonos formado el cielo para que dependiéramos unos de otros, el amo, el siervo o el amigo, uno a otro le piden ayuda, hasta que la flaqueza de uno venga a ser la fuerza de todos."

Por medio de las relaciones sociales el cristianismo se revela al mundo. Todo hombre y mujer que ha recibido la divina iluminación debe arrojar luz sobre el tenebroso sendero de aquellos que no conocen el mejor camino. La influencia social, santificada por el Espíritu de Cristo, debe servir para llevar almas al Salvador. Cristo no debe permanecer oculto en el corazón como tesoro codiciado, sagrado y dulce, para que de él sólo goce su dueño.  Cristo debe ser en nosotros una fuente de agua que brote para vida eterna y refrigere a todos los que se relacionen con nosotros. 397
El Ministerio De Curación (EGW).

martes, 12 de mayo de 2020

40. AYUDA EN LA VIDA COTIDIANA. (EGW/MC)

HAY EN LA VIDA TRANQUILA y consecuente de un cristiano puro y verdadero una elocuencia mucho más poderosa que la de las palabras. Lo que un hombre es tiene más influencia que lo que dice.

LOS EMISARIOS ENVIADOS A JESÚS volvieron diciendo que nadie había hablado antes como él. Pero esto se debía a que jamás hombre alguno había vivido como él. De haber sido su vida diferente de lo que fue, no hubiera hablado como habló. 

Sus palabras llevaban consigo un poder que convencía porque procedían de un corazón puro y santo, lleno de amor y simpatía, de benevolencia y de verdad.

NUESTRO CARÁCTER Y EXPERIENCIA determinan nuestra influencia en los demás. Para convencer a otros del poder de la gracia de Cristo, tenemos que conocer ese poder en nuestro corazón y nuestra vida.

EL EVANGELIO que presentamos para la salvación de las almas debe ser el Evangelio que salva nuestra propia alma. SÓLO MEDIANTE UNA FE VIVA EN CRISTO como Salvador personal nos resulta posible hacer sentir nuestra influencia en un mundo escéptico. SI QUEREMOS sacar pecadores de la corriente impetuosa, nuestros pies deben estar afirmados en la Roca: Cristo Jesús.

EL SÍMBOLO DEL CRISTIANISMO no es una señal exterior, ni tampoco una cruz o una corona que se lleven puestas, sino que es aquello que revela la unión del hombre con Dios. Por el poder de la gracia divina manifestada en la transformación del carácter, el mundo ha de convencerse de que Dios envió a su Hijo para que fuese su Redentor. Ninguna otra influencia 373 que pueda rodear al alma humana ejerce tanto poder sobre ella como la de una vida abnegada.

EL ARGUMENTO Más Poderoso En Favor Del Evangelio Es Un Cristiano Amante Y Amable.

LA DISCIPLINA DE LAS PRUEBAS

LLEVAR UNA VIDA TAL, ejercer semejante influencia, cuesta a cada paso esfuerzo, sacrificio de sí mismo y disciplina. MUCHOS, por no comprender esto, se desalientan fácilmente en la vida cristiana. MUCHOS que consagran sinceramente su vida al servicio de Dios, se chasquean y sorprenden al verse como nunca antes frente a obstáculos, y asediados por pruebas y perplejidades. PIDEN EN ORACIÓN un carácter semejante al de Cristo y aptitudes para la obra del Señor, y luego se hallan en circunstancias que parecen exponer todo el mal de su naturaleza. SE REVELAN entonces defectos cuya existencia no sospechaban. COMO EL ANTIGUO ISRAEL, se preguntan: "Si Dios es el que nos guía, ¿por qué nos sobrevienen todas estar cosas?"

LES ACONTECEN PORQUE DIOS LOS CONDUCE. Las pruebas y los obstáculos son los métodos de disciplina que el Señor escoge, y las condiciones que señala para el éxito. EL QUE LEE en los corazones de los hombres conoce sus caracteres mejor que ellos mismos.

EL VE que algunos tienen facultades y aptitudes que, bien dirigidas, pueden ser aprovechadas en el adelanto de la obra de Dios. SU PROVIDENCIA los coloca en diferentes situaciones y variadas circunstancias para que descubran en su carácter los defectos que permanecían ocultos a su conocimiento. LES DA OPORTUNIDAD para enmendar estos defectos y prepararse para servirle. MUCHAS VECES permite que el fuego de la aflicción los alcance para purificarlos.

EL HECHO DE QUE SOMOS LLAMADOS A SOPORTAR PRUEBAS demuestra que el Señor Jesús ve en nosotros algo precioso que quiere desarrollar. Si no viera en nosotros nada con que glorificar su nombre, no perdería tiempo en refinarnos. 

No echa piedras inútiles en su hornillo. Lo que él refina es mineral 374 precioso. 

EL HERRERO coloca el hierro y el acero en el fuego para saber de qué clase son.

EL SEÑOR permite que sus escogidos pasen por el horno de la aflicción para probar su carácter y saber si pueden ser amoldados para su obra.

EL ALFARERO TOMA ARCILLA, Y LA MODELA SEGÚN SU VOLUNTAD. La amasa y la trabaja. La despedaza y la vuelve a amasar. La humedece, y luego la seca. La deja después descansar por algún tiempo sin tocarla. Cuando ya está bien maleable, reanuda su trabajo para hacer de ella una vasija. Le da forma, la compone y la alisa en el torno. La pone a secar al sol y la cuece en el horno. Así llega a ser una vasija útil.

ASÍ TAMBIÉN EL GRAN ARTÍFICE desea amoldarnos y formarnos. Y así como la arcilla está en manos del alfarero, nosotros también estamos en las manos divinas. No debemos intentar hacer la obra del alfarero. Sólo nos corresponde someternos a que el divino Artífice nos forme. "Carísimos, no os maravilléis cuando sois examinados por fuego, lo cual se hace para vuestra prueba, como si alguna cosa peregrina os aconteciese; antes bien gozaos en que sois participantes de las aflicciones de Cristo; para que también en la revelación de su gloria os gocéis en triunfo." (1 Pedro 4:12,13).

EN LA PLENA LUZ DEL DÍA, y al oír la música de otras voces, el pájaro enjaulado no cantará lo que su amo procure enseñarle. Aprende un poquito de esto, un trino de aquello, pero nunca una melodía entera y definida. Cubre el amo la jaula, y la pone donde el pájaro no oiga más que el canto que ha de aprender. En la obscuridad lo ensaya y vuelve a ensayar hasta que lo sabe, y prorrumpe en perfecta melodía. Después el pájaro es sacado de la obscuridad, y en lo sucesivo cantará aquel mismo canto en plena luz. ASÍ TRATA DIOS A SUS HIJOS. Tiene un canto que enseñarnos, y cuando lo hayamos aprendido entre las sombras de la aflicción, podremos cantarlo perpetuamente. 375

MUCHOS ESTÁN DESCONTENTOS DE SU VOCACIÓN. Tal vez no congenien con lo que los rodea. Puede ser que algún trabajo vulgar consuma su tiempo mientras se creen capaces de más altas responsabilidades; muchas veces les parece que sus esfuerzos no son apreciados o que son estériles e incierto su porvenir.

RECORDEMOS que aun cuando el trabajo que nos toque hacer no sea tal vez el de nuestra elección, debemos aceptarlo como escogido por Dios para nosotros. Gústenos o no, hemos de cumplir el deber que más a mano tenemos. "Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el sepulcro, adonde tú vas, no hay obra, ni industria, ni ciencia ni sabiduría." (Eclesiastés 9:10.)

SI EL SEÑOR DESEA QUE LLEVEMOS UN MENSAJE A NÍNIVE, no le agradará que vayamos a Joppe o a Capernaúm. Razones tiene para enviarnos al punto hacia donde han sido encaminados nuestros pies. Allí mismo puede estar alguien que necesite la ayuda que podemos darle. EL QUE MANDÓ a Felipe al eunuco etíope; que envió a Pedro al centurión romano; y la pequeña israelita en auxilio de Naamán, el capitán sirio, TAMBIÉN ENVÍA HOY, como representantes suyos, a hombres, mujeres y jóvenes, para que vayan a los que necesitan ayuda y dirección divinas.

LOS PLANES DE DIOS SON LOS MEJORES

NUESTROS PLANES no son siempre los de Dios. Puede suceder que él vea que lo mejor para nosotros y para su causa consiste en desechar nuestras mejores intenciones, como en el caso de David. Pero podemos estar seguros de que bendecirá y empleará en el adelanto de su causa a quienes se dediquen sinceramente, con todo lo que tienen, a la gloria de Dios. Si él ve que es mejor no acceder a los deseos de sus siervos, compensará su negativa concediéndoles señales de su amor y encomendándoles otro servicio.

EN SU AMANTE CUIDADO E INTERÉS POR NOSOTROS, muchas veces 376 Aquel que nos comprende mejor de lo que nos comprendemos a nosotros mismos, se niega a permitirnos que procuremos con egoísmo la satisfacción de nuestra ambición. No permite que pasemos por alto los deberes sencillos pero sagrados que tenemos más a mano.

MUCHAS VECES estos deberes entraban la verdadera preparación indispensable para una obra superior. Muchas veces nuestros planes fracasan para que los de Dios respecto a nosotros tengan éxito.

NUNCA SE NOS EXIGE que hagamos un verdadero sacrificio por Dios. Nos pide él que le cedamos muchas cosas; pero al hacerlo no nos despojamos más que de lo que nos impide avanzar hacia el cielo. Aun cuando nos invita a renunciar a cosas que en sí mismas son buenas, podemos estar seguros de que Dios nos prepara algún bien superior.

EN LA VIDA FUTURA, se aclararán los misterios que aquí nos han preocupado y chasqueado. Veremos que las oraciones que nos parecían desatendidas y las esperanzas defraudadas figuraron entre nuestras mayores bendiciones.

DEBEMOS CONSIDERAR TODO DEBER, por muy humilde que sea, como sagrado por ser parte del servicio de Dios.

NUESTRA ORACIÓN COTIDIANA DEBERÍA SER: "Señor, ayúdame a hacer lo mejor que pueda. Enséñame a hacer mejor mi trabajo. Dame energía y alegría. Ayúdame a compartir en mi servicio el amante ministerio del Salvador."

UNA LECCIÓN SACADA DE LA VIDA DE MOISÉS

CONSIDERAD LO QUE OCURRIÓ A MOISÉS. La educación que había recibido en Egipto como nieto del rey y presunto heredero del trono, fue muy completa. Nada fue descuidado de lo que se pensaba que podía hacerle sabio, según entendían los egipcios la sabiduría. Recibió un adiestramiento civil y militar de orden superior. Se sintió completamente preparado para la obra de libertar a Israel de la esclavitud. Pero Dios no lo vio así. Su providencia señaló a Moisés un período 377 de cuarenta años de preparación en el desierto como pastor de ovejas.

LA EDUCACIÓN QUE MOISÉS RECIBIERA EN EGIPTO le ayudó en muchos aspectos; pero la preparación más provechosa para su misión fue la que recibió mientras apacentaba el ganado.

MOISÉS ERA DE CARÁCTER IMPETUOSO. En Egipto, en su calidad de afortunado caudillo militar y favorito del rey y de la nación, se había acostumbrado a recibir alabanza y adulación. Se había granjeado la simpatía del pueblo. ESPERABA llevar a cabo con sus propias fuerzas la obra de libertar a Israel. Muy diferentes fueron las lecciones que hubo de aprender como representante de Dios.

AL CONDUCIR SUS GANADOS por los montes desiertos y por los verdes pastos de los valles, aprendió a tener fe, mansedumbre, paciencia, humildad y a olvidarse de sí mismo. Aprendió a cuidar a seres débiles y enfermos, a salir en busca de los descarriados, a ser paciente con los revoltosos, a proteger los corderos y a nutrir los miembros del rebaño ya viejos y enclenques.

EN ESTA LABOR MOISÉS SE FUE ACERCANDO AL SUPREMO PASTOR. Llegó a unirse estrechamente con el Santo de Israel. Ya no se proponía hacer una gran obra. Procuraba hacer fielmente y como para Dios la tarea que le estaba encomendada. Reconocía la presencia de Dios en todo cuanto le rodeaba. La naturaleza entera le hablaba del Invisible. Conocía a Dios como Dios personal, y al meditar en su carácter se compenetraba cada vez más del sentido de su presencia. Hallaba refugio en los brazos del Eterno.

HABIENDO EXPERIMENTADO TODO ESTO, Moisés oyó la invitación del Cielo a cambiar el cayado del pastor por la vara de mando; a dejar su rebaño de ovejas para encargarse de la dirección de Israel. EL MANDATO DIVINO le encontró desconfiado de sí mismo, torpe de palabra y tímido. Le abrumaba el sentimiento de su incapacidad para ser portavoz de Dios. Pero, poniendo toda su confianza en el Señor, aceptó la obra. La 378 grandeza de su misión puso en ejercicio las mejores facultades de su espíritu.

DIOS BENDIJO SU PRONTA OBEDIENCIA, y Moisés llegó a ser elocuente y dueño de sí mismo, se llenó de esperanza y fue capacitado para la mayor obra que fuera encomendada jamás a hombre alguno.

DE ÉL FUE ESCRITO: "Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara." (Deuteronomio 34:10.)

QUIENES PIENSAN que su trabajo no es apreciado y ansían un puesto de mayor responsabilidad, deben considerar que "ni de oriente, ni de occidente, ni del desierto viene el ensalzamiento. Mas Dios es el juez: a éste abate, y a aquél ensalza." (Salmo 75:6,7).

TODO HOMBRE tiene su lugar en el eterno plan del Cielo. El que lo ocupemos depende de nuestra fidelidad en colaborar con Dios.

NECESITAMOS DESCONFIAR DE LA COMPASIÓN PROPIA. Jamás os permitáis sentir que no se os aprecia debidamente ni se tienen en cuenta vuestros esfuerzos, o que vuestro trabajo es demasiado difícil. Toda murmuración sea acallada por el recuerdo de lo que Cristo sufrió por nosotros. Recibimos mejor trato que el que recibió nuestro Señor. "¿Y tú buscas para ti grandezas? No busques." (Jeremías 45:5.)

EL SEÑOR no tiene lugar en su obra para los que sienten mayor deseo de ganar la corona que de llevar la cruz. Necesita hombres que piensen más en cumplir su deber que en recibir la recompensa; hombres más, solícitos por los principios que por su propio progreso.

LOS QUE SON HUMILDES y desempeñan su trabajo como para Dios, no aparentan quizás tanto como los presuntuosos y bulliciosos; pero su obra es más valiosa. MUCHAS VECES LOS JACTANCIOSOS llaman la atención sobre sí mismos, y se interponen entre el pueblo y Dios, pero su obra fracasa. 

"SABIDURÍA ANTE TODO: adquiere sabiduría: y ante toda tu posesión adquiere inteligencia. Engrandécela, y ella te engrandecerá: ella te honrará, cuando tú la hubieres abrazado." (Proverbios 4:7, 8.) 379

POR NO HABERSE RESUELTO A REFORMARSE, muchos se obstinan en una conducta errónea. Pero no debe ser así. Pueden cultivar sus facultades para prestar el mejor servicio, y entonces siempre se les pedirá su cooperación. Se les apreciará en un todo por lo que valgan.

SI HAY QUIENES TENGAN APTITUD Para Un Puesto Superior, El Señor Se Lo Hará Sentir, y no sólo a ellos, sino a los que los hayan probado y, conociendo su mérito, puedan asentarlos comprensivamente a seguir adelante. Los que cumplen día tras día la obra que les fue encomendada, serán los que oirán en el momento señalado por Dios su invitación: "Sube más arriba."

MIENTRAS LOS PASTORES velaban sobre sus rebaños en los collados de Belén, ángeles del cielo los visitaron. También hoy, mientras el humilde obrero de Dios desempeña su labor, ángeles de Dios están a su lado, escuchando sus palabras, observando cómo trabaja, para ver si se le pueden encomendar mayores responsabilidades.

NO ESTIMA DIOS A LOS HOMBRES POR SU FORTUNA, su educación o su posición social. Los aprecia por la pureza de sus móviles y la belleza de su carácter. SE FIJA EN QUÉ MEDIDA POSEEN EL ESPÍRITU SANTO, y en el grado de semejanza de su vida con la divina. SER GRANDE en el reino de Dios es ser como un niño en humildad, en fe sencilla y en pureza de amor. 

"SABÉIS-DIJO CRISTO -que los príncipes de los Gentiles se enseñorean sobré ellos, y los que son grandes ejercen sobre ellos potestad. Mas entre vosotros no será así; sino el que quisiere entre vosotros hacerse grande, será vuestro servidor." (Mateo 20:25,26.)

PLANES PARA EL FUTURO

DE TODOS LOS DONES que el Cielo pueda conceder a los hombres, la comunión con Cristo en sus padecimientos es el mayor cometido y el más alto honor. Ni Enoc, el que fue trasladado 380 al cielo, ni Elías, el que ascendió en un carro de fuego, fueron mayores o más honrados que Juan el Bautista, que murió en la soledad de un calabozo. "A vosotros es concedido por Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él." (Filipenses 1:29.)

MUCHOS SON INCAPACES DE IDEAR PLANES DEFINIDOS PARA LO PORVENIR. Su vida es inestable. No pueden entrever el desenlace de los asuntos, y esto los llena a menudo de ansiedad e inquietud. RECORDEMOS que la vida de los hijos de Dios en este mundo es vida de peregrino. NO TENEMOS SABIDURÍA para planear nuestra vida. No nos incumbe amoldar lo futuro en nuestra existencia. 

"POR LA FE ABRAHAM, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir por heredad; y salió sin saber dónde iba." (Hebreos 11:8.)

CRISTO, en su vida terrenal, no se trazó planes personales. ACEPTÓ los planes de Dios para él, y día tras día el Padre se los revelaba. ASÍ DEBERÍAMOS nosotros también depender de Dios, para que nuestras vidas fueran sencillamente el desenvolvimiento de su voluntad. A MEDIDA que le encomendemos nuestros caminos, él dirigirá nuestros pasos.

LA PAGA

SON MUCHOS LOS QUE, AL IDEAR PLANES para un brillante porvenir, fracasan completamente. Dejad que Dios haga planes para vosotros. Como niños, confiad en la dirección de Aquel que "guarda los pies de sus santos." (1 Samuel 2:9.)

DIOS NO GUÍA JAMÁS A SUS HIJOS DE OTRO MODO que el que ellos mismos escogerían, si pudieran ver el fin desde el principio y discernir la gloria del designio que cumplen como colaboradores con Dios.

CUANDO CRISTO LLAMÓ A SUS DISCÍPULOS para que le siguieran, no les ofreció lisonjeras perspectivas para esta vida. No les prometió ganancias ni honores mundanos, ni tampoco demandaron ellos paga alguna por sus servicios. 

A MATEO, sentado 381 en la receptoría de impuestos, le dijo: "Sígueme. Y dejadas todas las cosas, levantándose, le siguió." (Lucas 5:27, 28). MATEO, antes de prestar servicio alguno, no pensó en exigir paga igual a la que cobrara en su profesión. Sin vacilar ni hacer una sola pregunta, siguió a Jesús. Le bastaba saber que estaría con el Salvador, oiría sus palabras y estaría unido con él en su obra.

OTRO TANTO había sucedido con los discípulos llamados anteriormente. CUANDO JESÚS invitó a Pedro y a sus compañeros a que le siguieran, en el acto dejaron todos ellos sus barcos y sus redes. Algunos de estos discípulos tenían deudos a quienes mantener; pero cuando oyeron la invitación del Salvador, sin vacilación ni reparo acerca de la vida material propia y de sus familias, obedecieron al llamamiento.

CUANDO, en una ocasión ulterior, Jesús les preguntó: "Cuando os envié sin bolsa, y sin alforja, y sin zapatos, ¿os faltó algo?" contestaron: "Nada."(Lucas 22:35.)

EL SALVADOR NOS LLAMA HOY A SU OBRA, como llamó a Mateo, a Juan y a Pedro. Si su amor mueve nuestro corazón, el asunto de la compensación no será el que predomine en nuestro ánimo. NOS GOZAREMOS en ser colaboradores con Cristo, y sin temor nos confiaremos a su cuidado. 

SI HACEMOS DE DIOS NUESTRA FUERZA, tendremos claras percepciones de nuestro deber y aspiraciones altruistas; el móvil de nuestra vida será un propósito noble que nos elevará por encima de toda preocupación sórdida.

DIOS PROVEERÁ

MUCHOS DE LOS QUE PROFESAN SEGUIR A CRISTO se sienten angustiados, porque temen confiarse a Dios. No se han entregado por completo a él, y retroceden ante las consecuencias que semejante entrega podría implicar. Pero a menos que se entreguen así a Dios no podrán hallar paz.

MUCHOS SON AQUELLOS cuyo corazón gime bajo el peso de los cuidados porque procuran alcanzar la norma del mundo. 382 

ESCOGIERON SERVIR A ÉSTE, aceptaron sus perplejidades y adoptaron sus costumbres. Así se corrompió su carácter, y la vida se les tornó en cansancio. La congoja constante consume sus fuerzas vitales.

NUESTRO SEÑOR DESEA que depongan este yugo de servidumbre. Los invita a aceptar su yugo y les dice: "Mi yugo es fácil, y ligera mi carga."(Mateo 11:30). 

LA CONGOJA es ciega y no puede discernir lo porvenir; pero Jesús ve el fin desde el principio. En toda dificultad ha dispuesto un medio de proporcionar alivio. "No quitará el bien a los que en integridad andan." (Salmo 84:11.)

PARA PROVEERNOS LO NECESARIO, nuestro Padre celestial tiene mil maneras de las cuales nada sabemos. Los que aceptan el principio sencillo de hacer del servicio de Dios el asunto supremo, verán desvanecerse sus perplejidades y extenderse ante sus pies un camino despejado.

EL FIEL CUMPLIMIENTO DE LOS DEBERES DE HOY es la mejor preparación para las pruebas de mañana. No amontonemos las eventualidades y los cuidados de mañana para añadirlos a la carga de hoy. "Basta al día su afán." (Mateo 6:34.)

EL DESALIENTO ES PECAMINOSO

TENGAMOS CONFIANZA Y SEAMOS VALIENTES. El desaliento en el servicio de Dios es pecaminoso e irrazonable.

DIOS CONOCE TODAS NUESTRAS NECESIDADES. A la omnipotencia del Rey de reyes, el Dios que guarda el pacto con nosotros añade la dulzura y el solícito cuidado del tierno pastor. SU PODER ES ABSOLUTO, y es garantía del seguro cumplimiento de sus promesas para todos los que en él confían. TIENE MEDIOS de apartar toda dificultad, para que sean confortados los que le sirven y respetan los medios que él emplea. SU AMOR SUPERA TODO OTRO AMOR, como el cielo excede en altura a la tierra. Vela por sus hijos con un amor inconmensurable y eterno.

EN LOS DÍAS ACIAGOS, cuando todo parece conjurarse contra nosotros, tengamos fe en Dios, quien lleva adelante sus designios 383 y hace bien todas las cosas en favor de su pueblo. 

LA FUERZA de los que le aman y le sirven será renovada día tras día.

DIOS PUEDE Y QUIERE conceder a sus siervos toda la ayuda que necesiten.  

Les dará la sabiduría que requieren sus varias necesidades.

EL EXPERIMENTADO APÓSTOL PABLO DIJO: "Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi potencia en la flaqueza se perfecciona. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis flaquezas, porque habite en mí la potencia de Cristo. Por lo cual me gozo en las flaquezas, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias por Cristo; porque cuando soy flaco, entonces soy poderoso." (2 Cor. 12:9,10.) 384 
El Ministerio De Curación (EGW).