La
gloria de los jóvenes es su fuerza. (Proverbios 20:29).
El cuidado de la salud es uno de nuestros
deberes más importantes.
Es un deber para con nosotros mismos, con
la sociedad y con Dios.
Los jóvenes son proverbialmente descuidados
con relación a su salud.
El ejercicio es
indispensable para la salud de cada órgano.
Si se usa un
grupo de músculos y se descuidan otros, no se está haciendo funcionar la
maquinaria viviente de manera inteligente.
Cuando se hace
ejercicio físico, la circulación se aviva.
El corazón recibe
sangre más rápidamente y la envía a los pulmones también con mayor rapidez.
Los pulmones trabajan más vigorosamente, suministrando
una mayor cantidad de sangre, la cual es enviada con mayor fuerza por todo el
organismo.
El ejercicio proporciona nueva vida y fortaleza a cada parte del cuerpo. Los nervios ganan o pierden vigor de acuerdo con la forma en que son tratados.
Si son exigidos demasiado tiempo y muy severamente, quedan extenuados y debilitados. Si son empleados adecuadamente, se fortalecen.
Para tener salud
debe mantenerse el equilibrio en la actividad.
La mente debe
armonizar con ella, si se han de verificar los beneficios.
Si el ejercicio
físico es considerado un tráfago, si la mente no se interesa en el ejercicio de las
diferentes partes del cuerpo [no se notarán los beneficios].
La mente debe
interesarse en el ejercicio de los músculos.
En la educación
de los jóvenes debe combinarse el ejercicio físico con el esfuerzo
mental. -Carta 6, de 1885.
La
obediencia perfecta a las órdenes de Dios exige conformidad a las leyes del
ser...
El
tiempo dedicado al ejercicio físico no está perdido.
El alumno
que estudia constantemente sus libros, y hace poco ejercicio al aire libre, se
perjudica a sí mismo.
Un ejercicio
equilibrado de los diversos órganos y facultades del cuerpo es
esencial para el mejor funcionamiento de los mismos.
Hay pérdida de fuerza física
y mental cuando el cerebro está constantemente recargado mientras los otros
órganos quedan inactivos.
Las facultades físicas quedan
privadas de su tono sano, la mente pierde su frescura y vigor, y el resultado
es una excitación mórbida.
A fin de que hombres y mujeres tengan mentes bien equilibradas,
todas las facultades del ser deben ser puestas en uso y desarrolladas...
El Señor... nos invita a razonar de causa a efecto, para recordar que somos su propiedad, y a unirnos con El para mantener el cuerpo puro y sano, y todo el ser santificado para El.
Consejos para los
maestros, págs. 281, 285. RJ 139/EGW/MHP 140
AUDIO.
https://www.youtube.com/watch?v=mpzo7YQhciw&list=PLtrFh-HO7ogCN7TYCzWFldOpHDCN8XOF7&index=13&pp=sAQB
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